El Hobitt: Un (largo) viaje inesperado

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Cuando comenzaron los rumores hace unos años atrás de que Peter Jackson sería el realizador de una película basada en el la historia previa a El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien, El Hobbit, las expectativas de los fanáticos de esta fantástica historia (incluyéndome) eran enormes. Confieso que nunca fui capaz de leer siquiera el primer volumen del Señor de los Anillos, un libro que en tan solo las primeras 20 páginas me pareció sumamente tedioso (y estoy seguro de no ser el único que piensa así) por lo cual eventualmente me conformé de una manera muy grata ver la obra en la pantalla grande. Sin embargo, la Trilogía por sí sola deja muchos cabos sueltos, incluso hasta evidentes, pero que no se toman en cuenta y se comienzan a entender cuando se disfruta de El Hobbit (de manera similar a lo ocurrido con Stars Wars en sus tres primeras entregas).
Como sabrán la cinta cuenta la historia de un joven Bilbo Bolsón unos 60 años antes de lo que ya conocemos que sucedió en la Tierra Media mientras estuvo bajo en dominio de Sauron, cuando de sorpresa recibe la visita del mago Gandalf el Gris a quien, por tantos años que tenía sin verle, ni siquiera le reconocía. De repente también es sorprendido por una banda de enanos que, guiados por Gandalf, acuden a él para invitarlo a formar parte de su "compañía" que se encuentra en la lucha por recuperar el reino de Erebor, arrebatado a los enanos por el dragón Smaug. Tras pensarlo una y otra vez e inmerso en un mar de dudas decide por fin dejar Bolsón Cerrado e iniciar así un viaje inesperado.
La narración de la película recuerda fielmente lo experimentado en El Señor de los Anillos. La gran cantidad de diversas escenas hacen sentir en varios momentos que la historia se vuelve lenta y aburrida, aunque pareciera ser algo a lo que Jackson le gusta recurrir tomando como referencia la historia de La Comunidad del Anillo, pero espero que sólo sea a causa de estar iniciando una nueva gran aventura. 
Thorin, el líder de los enanos y, por ende, de la compañía, es un tipo sumamente orgulloso cuyo único objetivo es poder recuperar el reino de Erebor, pero su ambición y arrogancia le hacen tener demasiados desacuerdos con Gandalf y tratar muy duramente a Bilbo en varias ocasiones. En una de las recurrentes desapariciones del mago, este se las ingenia para guiar a la compañía hasta Rivendel, el reino de los elfos (escenario que me hizo dudar de que fuera igual al mostrado en El Señor de los Anillos, un detalle que creo se pudo haber mejorado) donde Thorin se ve obligado a olvidar el rencor que los enanos tienen a los elfos (aspecto del cual también entendí su origen en esta película) ya que son ellos los únicos que podrían indicarles cómo llegar a la Montaña solitaria, guarida de Smaug, y recuperar el hogar de su pueblo. Pero en Rivendel también se encuentran con un personaje que de alguna manera no está de acuerdo con el movimiento al que se ha involucrado Gandalf; se trata del mago Saruman, el Blanco, ¿qué tal?
Nuevamente muchas más peligrosas aventuras en la continuación del recorrido. Jackson se esmeró demasiado, en mi opinión, de mostrar las bondades de la Tierra Media, creyendo quizás que 10 años después de El Retorno del Rey no lo recordaríamos. Después de varias pequeñas aventuras más llega por fin un de los encuentros más esperados: el de Bilbo con Gollum, un personaje tal cual lo recordamos pero en el que Bilbo no logra aun dar con todo lo que ya sabemos de él, convirtiéndose en toda una incógnita. Esta escena completa, que toma varios minutos, es quizás la mejor de toda la película, muy bien dirigida y con un dialogo impecable además de explicar cómo Bilbo consigue el famoso anillo, el tesoro de Gollum.
Con esta película hay quienes podrían pensar que están viendo una nueva entrega de El Señor de los Anillos, y con toda razón. No hay nuevos elementos que destacar que la diferencien de aquella gran Trilogía, y si tomamos la referencia del progresivo creciente éxito que significaron Las Dos Torres y El Retorno del Rey, dos entregas evidentemente superiores a La Comunidad del Anillo, no tengo duda de que La desolación de Smaug y Partida y Regreso, próximas dos entregas de El Hobbit, no nos decepcionarán.
Hay que disfrutar de esta película que además de todo cuenta con una excelentes efectos especiales, edición de sonido, banda sonora y dirección de fotografía, aunque en estas últimas tres categorías fue totalmente ignorada entre los nominados a los Premios Oscar 2013. Mi mayor recomendación a los lectores es que, si no han leído el libro o al menos no han visto la trilogía del Señor de los Anillos, es hora de hacerlo, sino sus impresiones serán como muchos otros desacertadas causando comentarios que ya he escuchado por ahí de ser una película aburrida y sin sentido en la que habrán perdido 2 horas y 40 minutos de sus vidas.

Ferchocalificación: 7.

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