Presidente de día, cazador de noche

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Por fin vuelvo a pasarme por aquí para salir de una gran deuda que tenía desde hace varias semanas, aunque quizás no sea del todo malo porque, revisando las carteleras venezolanas, por fortuna son pocas las salas que quedan exponiendo la película de la cual les hablaré hoy, y es nada más y nada menos que ‘Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros’.

Hablemos claro, el guión es totalmente absurdo aunque rescatablemente original gracias a la fascinante idea (en el papel) de crear una adaptación de la vida de Abraham Lincoln en la que dicho personaje comparte una vida entera con su papel secreto de cazador de vampiros por las noches. La cuestión es esta, supuestamente los Estados Unidos de América de los años 1800 vive una gran represión por parte de grupos de vástagos quienes son los que prácticamente dominan al país y manejan todo el tema de la esclavitud (tomen nota de este detalle que retomaremos más adelante). Mientras esta situación se mantiene detrás de la ignorancia de todo el mundo, un niño llamado Abraham Lincoln es testigo de cómo un vampiro es el responsable de la muerte de su madre, lo que a partir de ese momento divide sus objetivos de vida en dos caminos totalmente distintos.
Pasados unos cuantos años el joven Lincoln decide que es el momento de cobrar venganza y sale en la búsqueda del asesino de su madre, sin pensar lo complicado que sería alcanzar su objetivo, pero es justo en el peor momento cuando aparece un personaje con un extraño poder sobrehumano que lo salva. Se trata de Henry Sturgess, un verdadero y original "cazavampiros" que tiene como objetivo limpiar al país de estos terroríficos personajes y que se compromete a ayudar al protagonista a alcanzar su venganza a cambio de ayudarlo a él a cumplir también con su objetivo.
Es aquí cuando vemos que comienza la doble historia del Abraham Lincoln que con el pasar de los años se va convirtiendo en el glorioso hombre que sirvió de inspiración a toda una nación pero que al mismo tiempo se encarga en cada noche de matar a los vampiros que conviven silenciosamente con la gente común.
Así pasan los años. Lincoln se fortalece políticamente, conoce a Mary Todd con quien contrae matrimonio y eventualmente se convierte en el decimosexto presidente de los Estados Unidos. A esta altura Abraham tiene un tiempo alejado de sus labores de callejeo nocturno y se enfoca en buscar la manera de dirigir correctamente al país que ahora se encuentra amenazado por una inminente guerra civil en la que los líderes en contra de la Unión Americana son, adivinen, exacto, los vampiros, quienes se encuentran además en contra de la Proclamación de Emancipación hecha por el Presidente y que abolía la esclavitud.
Bueno, al final la Unión gana la guerra, Lincoln vence al líder de los Vampiros, y ya, eso es todo, jeje... La verdad es que son muchos los detalles rescatables de la cinta y muchos aspectos los que estoy obviando para no arruinarle la historia completa a los que aun tengan ganas de verla, eso sí, no esperen mucho, o mejor nada, de los efectos visuales, son sencillamente desastrosos, pero al menos me dieron mucha risa. Por cierto, Lincoln era tan jodidamente arrecho que su arma era un hacha, más nada, y cuando se dio cuenta que la plata repele a los Vampiros, lo cual es totalmente FALSO, le puso una aleación de plata a su hacha y así se hizo más invencible. No tengo nada más que decir.
Ferchocalificación: 4.

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